lunes, 8 de junio de 2009

Los ciudadanos deberían vernos a los abogados como si fuéramos el médico de cabecera.

«Los ciudadanos deberían vernos a los abogados como si fuéramos el médico de cabecera»

«Los Juzgados de instrucción se han sobrecargado por la aplicación de la ley contra la violencia de género»


POR: ROMÁN GARCÍA ÁNGEL GONZÁLEZ
Carina Rodríguez combina su actividad profesional de abogada con su afición: la creación de obras de teatro en asturiano. Esta letrada gijonesa tiene más trabajo que el que pasa por su despacho. Durante varios años colaboró con la Asociación de Mujeres «Eva Canel», en la que sirvió como abogada de referencia y con la que continúa trabajando aunque ahora de una manera «más esporádica». Esta organización sin ánimo de lucro pretende ayudar en la formación de las mujeres que más lo necesitan. En este sentido, y debido a su amplia relación con las mujeres, la abogada habla de «errores» en la ley integral contra la violencia de género.

-¿Cuáles son esos «errores» que ha visto en la ley?

-Los errores que se han cometido con respecto a la ley integral contra la violencia de género han llegado de la mano de la aplicación práctica de la normativa. Cuando una mujer ha sido agredida expone su problema ante un juez de instrucción, que es experto en temas penales. Luego, ese mismo magistrado se ve obligado a tomar decisiones que no le competen. Por ejemplo, las relacionadas con la pensión alimenticia de los menores. Por culpa de esta ley se sobrecargó de trabajo el juzgado de instrucción.

-¿Y cuál sería la solución?

-Para solucionar el problema de base que existe en la aplicación de la ley integral contra la violencia de género debería dividirse el trabajo. Por una parte, tendría que haber un juzgado de lo penal que tomase las medidas urgentes que exigen una decisión inmediata, como las órdenes de alejamiento. Por la otra, debería existir un juzgado especializado que se hiciera cargo de los otros aspectos del problema, por ejemplo los económicos. Hay que incidir más en las medidas cautelares y en las ayudas. Si el problema de malos tratos surge en una familia que tiene pocos recursos económico la mujer se suele quedar desamparada. Faltan ayudas directas que se deberían invertir en formación destinada a que la mujer se valga por sí misma. La víctima no puede depender del trabajo que tenga el marido.

-¿Cuál es el nuevo panorama que la crisis ha creado en la familia?

-Los modelos de familia han cambiado como consecuencia de la crisis económica, de eso no cabe duda. Por una parte hay vínculos familiares que estaban a punto de entrar en ruptura por exceso de trabajo y que ahora se han fortalecido gracias a la falta de ocupación de uno de ellos. Pero por la otra pueden darse casos totalmente contrarios y más dramáticos. Si hay desaveniencias y la situación económica se convierte en precaria los miembros de la pareja se dan cuenta de que solos no podrán hacer frente a todos sus gastos, por lo que pactan una convivencia a medias. No se pueden vender los pisos ni dividir los bienes con la situación que tenemos, por lo que algunas parejas se ven obligadas a seguir juntas.

-¿Sirve para algo la mediación familiar?

-Normalmente, y si en la voluntad de los clientes existen razones para llegar a un acuerdo, los abogados resuelven los problemas sin pasar por el juzgado y sin necesitar la mediación familiar. Si por el contrario la situación está muy encontrada y alguno de los miembros de la pareja busca venganza, por mucha mediación que quieras poner ésta no va a ser efectiva. Por todo ello creo que la nueva figura no ha aportado mucho a la abogacía. Los abogados suelen querer solucionar los temas sin que se planteen conflictos.

-¿Solemos acudir al abogado cuando ya es demasiado tarde?

-Los ciudadanos siempre acuden al abogado demasiado tarde. Los letrados tenemos fama de cobrar mucho las consultas y de busca pelitos que son innecesarios, por lo que los clientes no nos perciben como lo que realmente deberíamos ser: un médico de cabecera. Muchas veces se llegan a presentar problemas por no hacer una llamada a tiempo al abogado.

-En los últimos años han surgido grandes empresas que ofrecen servicios de abogados vía telefónica...

-No me gustan estas empresas. Con un abogado tienes que tener una relación de confianza. El cliente debe sentarse en el despacho y confiar en el profesional que tiene delante porque de otra forma no cuenta con la información que éste necesita para defenderle. Frente a esa figura de abogado de cabecera que previene conflictos ha surgido la del supermercado del derecho que representan estas empresas. A mí me preocupa, porque ningún médico me va a solucionar una enfermedad por teléfono sin haberme observado, por lo que no entiendo cómo se puede aconsejar así a un cliente en el mundo de la abogacía. Y eso puede perjudicarnos a todos. La mayor parte de los abogados queremos defender los derechos de las personas y eso no se puede hacer a través de un teléfono.

-¿Por qué el ciudadano no se fía del abogado?

-La primera vez que una persona llega a un despacho eres un extraño para él. Muchas veces hay cuestiones íntimas que los clientes no quieren contar, y eso es normal. Pero la solución la da el tiempo. El abogado se va ganando la confianza de la gente que va sintiendo cada vez menos recelo. A lo largo de los años el abogado se va ganando tu confianza solucionándote todos tus problemas. El cliente sabe que no vas a revelar sus temas y que les vas a asesorar de una manera correcta.

-¿Y cómo se ganan clientes?

-Es muy difícil ganar clientes a día de hoy, pero supongo que sobre todo se hace trabajando el día a día, porque la publicidad está muy controlada. Los Colegios profesionales no han ordenado bien la actividad en este sentido. Si bien los abogados no podemos publicitarnos, no entiendo que los macrodespachos puedan poner anuncios en televisión con total impunidad. Pero sí que es cierto, por ejemplo, que el turno de oficio es muy importante a la hora de ganar clientes. Si un cliente se queda satisfecho se lo va a decir a sus amigos y familiares y te van a llover casos particulares desde todos los ámbitos donde se mueva esa persona. La mejor publicidad para un abogado es el boca a boca; si un cliente se queda satisfecho repercute mucho.

-¿La falta de publicidad, entonces, es culpa del Colegio?

-El Colegio de Abogados es la institución que tiene que regular que todos los letrados tengamos el mismo trato y debe decidir si permite o no que haya publicidad de los servicios de los letrados.

-¿Le ha decepcionado la profesión?

-En esta profesión, como en casi todas, los profesionales se llevan muchos palos y el sistema en ciertas ocasiones decepciona mucho. Sobre todo el sistema colegial. Yo pediría la libertad de ejercicio sin colegiación previa y que cada uno ejerza dentro de lo que quiera. El Colegio encasilla al abogado y cercena su derecho a expresarse, además de adoptar decisiones -en las que tendríamos que participar todos- al margen de los implicados. Cuando te obligan a algo, al final terminas odiándolo, como todo en la vida.

Carina Rodríguez es licenciada en Derecho. Nacida en Bélgica, esta letrada gijonesa llegó a España de muy pequeña. Es una de las integrantes de «El patio de mi colegio», una plataforma de abogados que intenta luchar por la dignificación del turno de oficio. Después de licenciarse realizó varios cursos de práctica jurídica para saber desenvolverse ante un tribunal y para enfrentarse a casos prácticos. Su ámbito de trabajo es el derecho que tiene relación con la familia aunque también lleva asuntos relacionados con la rama penal.

Fuente:www.lne.es. ver noticia.

http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2009060600_67_764670__Mas-Gijon-ciudadanos-deberian-vernos-abogados-como-fueramos-medico-cabecera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario